viernes, 27 de junio de 2014

Sobre la irrelevancia

Lo leí hace tiempo, y a raíz de un par de opiniones que he oído a propósito del post que hice sobre X Force, se me ha ocurrido recuperarlo.

El Regreso del Caballero Oscuro

Solo parecíamos irrelevantes.
A principios de los años 50, un popular psiquiatra escribió un libro de mierda que traumatizó a mi encantadora modalidad artística durante una generación.

El trauma era perfectamente comprensible. El libro de mierda de ese loquero y sus artículos relacionados, igual de mierdosos, en una revista se centraban en el miedo de los padres a sus propios hijos, propiciando una protesta pública que desembocó en unas vistas en el Congreso. Las vistas no fueron concluyentes, pero el gobierno americano alzó el látigo de la censura. Los cómics se empezaron a considerar la causa principal de la “delincuencia juvenil”, y los editores de cómics, temiendo por su supervivencia, se apresuraron a evitar cualquier contenido de cualquier tipo que pudiera ofender a cualquiera de cualquier parte.

Si algo de esto parece anticuado o directamente raro, no es ninguna de las dos cosas. Cada generación de padres siente terror cuando su Johnny de 14 años, con la sangre palpitando con una sorprendente y súbita carga de hormonas, se pone de mal humor. Observa cuántos “amantes de la libertad” se obsesionan con el sexo y la violencia en la televisión y en los videojuegos. La libertad de expresión es un oasis tan frágil y de vida tan corta como los lapsos entre guerras. La naturaleza humana es inmutable.


No merece la pena mencionar siquiera los nombres del loquero chalado y su libro cierta e implacablemente mierdoso. El mundo hace tiempo que los olvidó.
Sin embargo, en el pequeño mundo de los cómics, ese libro de mierda permanecía como un cíclope. O como Galactus. Las ventas disminuyeron sin cesar. Durante un tiempo, los dibujantes de cómics no revelaban cuál era su profesión. Al menos no entre gente civilizada.
Sabe Dios que no nos metíamos en política.
Pero solo parecíamos irrelevantes.
Solo parecíamos muertos.

Si la naturaleza humana es inmutable, el espíritu creativo es igual de indómito. Durante ese sueño febril al que llamamos los años 60, pioneros como Robert Crumb, Richard Corben, Phil Seuling, Denis Kitchen y muchas otras almas valientes llevaron los cómics de vuelta a las calles y a las cloacas a las que pertenecían. Una explosión creativa y una revolución en el arte de la distribución que lo cambiaron todo. La olla se había destapado.
Pero estas cosas llevan su tiempo. Cuesta cambiar de costumbres. Cuando entré en este mundo, ese abominable libro de mierda seguía proyectando una sombra alargada. Costó años que los internos se apoderasen del manicomio.

Empezaron a aparecer publicados cómics independientes de todo tipo. Y el mundo de los superhéroes se tambaleó y revivió gracias a ello. Veteranos como Steve Ditko, Neal Adams y Denny O’Neil entre otros sumergieron a los chicos y chicas de las mallas en los estridentes debates políticos de principios de los años 70.
Se redescubrió una tradición. Igual que el Superman de los años 40 agarraba por el pescuezo a Tojo y a Hitler mientras el Capitán América le daba un puñetazo en la cara al führer, ahora personajes como Halcón y Paloma, y viejos guerreros como Green Lantern, Green Arrow y Spiderman, se enzarzaban en discusiones torturadas, entre puñetazos, que eran abierta y llanamente políticas.


Se reveló que Magneto, el villano de la Patrulla X, era un superviviente del Holocausto. Neal Adams trajo la mugre urbana a las calles oscuras de Gotham City e hizo que Batman volviera a parecer aterrador. Howard el Pato caminó entre el sarcasmo social y la parodia cultural. La Cosa del Pantano se transformó en un Golem del medio ambiente. Como la tórrida cantante Gilda, interpretada por Rita Hayworth, la bella se iba quitando lenta y provocativamente sus guantes largos.
Entonces llegaron los años 80, apropiadamente denominados “la era Reagan”. Fue una época salvaje para seguir las noticias y dibujar cómics. Una época de amenazas terribles, fuerzas poderosas y acontecimientos increíblemente ridículos. El crimen callejero se disparó. Igual que la comedia. Fue una época furiosa, amarga y divertidísima.

La televisión demostró lo estúpida que podía ser. Al menos durante un momento.
Como lector ávido de periódicos, me impactaron dos cosas. La primera, que el mundo se había vuelto loco. “¡No te puedes inventar esto!”, resonaba en mi cabeza. La segunda, que todos los periódicos excepto el New York Times tenían tiras diarias que, sin trivializar lo que estaba pasando, demostraban lo poderosos que pueden ser el ingenio, la pluma y el papel.

El Regreso del Caballero Oscuro es, por supuesto, una historia de Batman. Lo que intenté fue usar el mundo azotado por el crimen que me rodeaba para mostrar un mundo que necesitaba a un genio obsesivo, hercúleo y medio loco para imponer el orden. Pero esa solo era la mitad del trabajo. No me guardé el peor veneno para el Joker o para Dos Caras, sino para las sosas y complacientes cabezas parlantes que narraban de forma tan pobre los enormes conflictos de la época. ¿Qué haría esa gente diminuta si los gigantes caminaran por la Tierra? ¿Cómo verían a un héroe poderoso, exigente e impertinente?
¿O a un villano con el alma más negra que la muerte?
Pasaron 15 años. Y lo descubrí.


Estaba a mitad de El Contraataque del Caballero Oscuro cuando se derrumbaron las Torres Gemelas y miles de mis vecinos fueron asesinados.
Había planeado el cómic como una loa al superhéroe, un juego cariñoso con los iconos de mi niñez adornado, por supuesto, con la burla de cómo internet, pese a su gran valor, había rebajado de algún modo el nivel del discurso público hasta más allá de las profundidades de la televisión. Debía criticar esa cibertorre de Babel.
Pero se trataba ante todo de una historia de Batman. De superhéroes. Y al escribirla y dibujarla, sin saber lo que se avecinaba, hice que Batman estrellara su batmóvil contra un rascacielos, e hice que un robot gigante destrozara el centro de Metropolis.
Y luego llegó en 11-S.
De ahí el cambio abrupto del tono hacia lo apocalíptico justo en mitad de la historia. Como los medios son un sujeto tan importante en la serie del Caballero Oscuro, quería que la transición fuera discordante y cruda.

Quería que los héroes de trajes brillantes y sus lectores saboreasen ese horrible polvo que llenó los pulmones de los neoyorquinos durante meses.
Pero nunca olvidé cuál era mi trabajo. Los héroes siempre hacen lo que deben: perseveran o mueren en el intento.
¿Y los medios?
Bueno, digamos que hemos oído demasiadas cosas sobre Paris Hilton.

Frank Miller
Nueva York, 2006

Artículo originalmente publicado como introducción en la reedición de El Regreso del Caballero Oscuro. Extraído de la pagina web de ECC Ediciones.

jueves, 26 de junio de 2014

Black Sails (2014) de Jonathan E. Steinberg & Robert Levine


Hace ya un par de semanas que acabe la primera temporada de esta serie y todavía estoy por acostumbrarme a no contar con esa disfrutable rutina en que se había convertido ver por las noches un capitulo de Black Sails. Porque ha resultado así de buena.

Poco de lo que llegaba durante su proceso de desarrollo era halagüeño. Ni sus responsables; Starz y Platinum Dunes, ni su premisa (una precuela de... ¡¿La Isla del Tesoro?!), dejaban mucho que esperar.

Starz ya había conseguido su "tino" con productos del tipo, como con la infumable reinterpretación/remake Spartacus, y Black Sails podría acabar siendo otra muestra de ridiculez y medios chuscos, intentando colar su mensaje como adulto a base de sangre por ordenador y pechos operados.


Michael Bay, por otra parte, a partir de su productora, Platinum Dunes, nunca había probado suerte con la televisión, pero si con los productos de éxito, así que no es de extrañar que intentase subirse al carro tal y como esta el sector, viviendo una especie de 2ª edad de oro.

Y los piratas todavía no han pasado de moda. Piratas del Caribe 4 a parte (en estos momentos preparan la 5), NBC anuncia Crossbones, la nueva serie de la ultima niña de los ojos de Guillermo del Toro, Neil Cross, que cruza el atlántico para contarnos los últimos días de Barbanegra, al que interpretará John Malkovich (¿?). Así que recurrir a la novela de piratas por excelencia, como es La Isla del Tesoro, parecería lógico. Aunque era sensible a sufrir un completo destrozo, pues ¿Que se podía esperar que se respetase de una novela de aventuras juvenil, llena de "sed de rebeldía y amistad"?


¿Y como ha salido esto finalmente? Pues sorprendente bien. De igual manera que es fácil de reconocer la "linea editorial" con la que Michael Bay a escogido los diversos proyectos de Platinum Dunes, aquí también ha optado recurrir a una formula. Pero, en vez de adherirse a géneros mas populares y accesibles como podían ser... la sitcom (por ejemplo) o las aventuras de ciencia ficción, ha optado por el también exitoso, pero también mas costoso (tanto por la necesidad económica, como de talento), estilo de shows tipo Roma, Los Tudor, Los Borgia, Vikingos, a cuya cabeza se situaría a día de hoy Juego de Tronos.

Por supuesto que los referentes vuelan muy alto y las comparaciones son odiosas, pero Black Sails es un producto perfectamente manufacturado y seguro de si mismo.


Contando con unos respetables "veteranos" como creadores y guionistas como son Jon Steinberg & Robert Levine (suyas son Jericó y Escudo Humano), y presentado la serie con un brutal abordaje naval rodado por Neil Marshall (que sigue con su gozoso escarceo con la televisión tras Blackwater y que recientemente ha repetido con The Watchers on the Wall ¡Que no acabe nunca!), Black Sails se posiciona junto a Vikingos, como la alternativa salvaje y herética a la HBO. Cubriendo la marcha del visitante ocasional Neil Marshall, con directores como Sam Miller (que dirigió algunos episodios de la infravaloradísima Good Cop. Lastima de serie), y exhibiendo un desarrollo que equilibra muy bien por capitulo entre lo continuista y episódico, emparentándose con los mejores momentos de Vikingos.

Adscrita como digo a ese genero tan popularizado a día de hoy por Juego de Tronos (aunque con las limitaciones de ser programada por una cadena "menor"), a través de 8 episodios llenos de traiciones, sangre, "planes dentro de planes", triángulos amorosos (no todos de carácter heterosexual), Black Sails construye una serie atrevida, bella y brutal, con grandes personajes y momentos y, sobre todo, grandes posibilidades.


A pesar de los fallos que se pueden encontrar en este tipo de producciones (su abuso por sustituir la épica por la escaramuza, el "maquiaveliquismo" al que acaban tendiendo todos los personajes, etc), sus virtudes crecen por encima de ellos, sabe (al igual que anteriormente Roma o Vikingos) crear su propio entorno y moral, a lo que sus personajes están "atados", y esta bien interpretada y rodada. Cierto que el desligue de cuerpos modélicos es mas evidente que en otras producciones de su tipo, pero lo perdonaremos si es la única cesión que habrá que hacer en pos de esa Espada de Damocles que es la audiencia.

Playas de arena blanca, mujeres de piel bronceada, sangre roja, banderas negras y John Long Silver. Ya hecho de menos el "Opening".

lunes, 16 de junio de 2014

Redescubriendo la X Force

Aprovechando que el recuerdo de X Men Días del Futuro Pasado todavía persiste en nuestro consciente, reivindico aquí la etapa del supergrupo mutante a cargo de Christopher Yost y Craig Kyle, que desde 2008 hasta su conclusión como parte de los sucesos acaecidos en el evento Advenimiento, nos ofreció, más allá de una de las mejores versiones del título, a mi parecer también uno de los mejores comics de superhéroes en muchísimo tiempo, que redefinió a la colección, la actualizó y encrudeció.

Yost y Kyle exploraron todo lo que pudieron permitirse (dentro de los cánones comerciales) con esta serie; el lado más descarnado del héroe, lo peligroso y lo que se arriesga a perder, y en lo que se arriesga a convertirse. Lo difícil de los dilemas, las certezas, los sacrificios y las perdidas a las debe enfrentarse, reflejado todo ello de una manera brutal y alejada de artificios. Y encontrarse con esto de vez en cuando mis queridos drugos, es una delicia.

Los autores se las tuvieron que ver con cierto nivel de "censura". Los tacos eran sustituidos por "@#$%" y cosas del estilo, y los dibujantes debían "esconder" las portadas como alternativas, tras unas mas "limpias" y "aceptables". No se como de a disgusto trabajaron las distintas partes, pero Crain les dedicó una pequeña pullita

Al estar relacionada con las distintas sagas que siguieron la premisa marcada por Dinastía de M; Complejo de Mesías, La Guerra del Mesías y Advenimiento (crossover directo con las dos últimas), y los diversos entramados que siguieron los entonces "arquitectos" de la franquicia mutante, Ed Brubaker y Matt Fraction, puede ser aquí donde pierda a los más puritanos. Si bien esta etapa nunca parece contar entre las más reconocidas de sus autores (admito que tanto uno como otro, se veían mucho más a gusto en Capitán América y El Invencible Iron Man, respectivamente), llevaron a cabo ciertos cambios, aprovechando el desenlace de Dinastía de M. Rebajaron la concentración de aventuras espaciales (que mi lo de los Shi'Ar me calienta la cabeza. Esos tíos le echan mas tiempos a su peinado que a la fuerza fénix) "desenculebrizaron" en la medida de los posible las relaciones entre personajes, y desennoblecieron un panteón y unas actitudes amuermadas y acartonadas, que como diría Mozart, parecía que cagaban mármol.

Por supuesto, no todo lo que se hacía en los X Men era basura. No era la peor colección que te podías encontrar ni pasaba por su peor momento. Al contrario, venia de una etapa bastante celebrada, la de Grant Morrison, y el Astonishing X Men de Joss Whedon estaba gustando bastante. No estaban necesitados de un "rescate" ni nada parecido. Pero lo que vino, les sentó muy bien, al menos, como cambio de rumbo.

Vale, puede que no sean tan buenos, pero es que lo que había antes... porque lo de Rob Liefeld no tiene nombre ¿Alguien puede explicarme que cojones es esto?

Claro, puede que ni Brubaker y Fraction (ni yo) entiendan a los X Men, al menos "tal y como deben ser". Pero si no eres capaz crear "nuevas" historias para una serie endogámica e inaccesible, puede que el problema sea de raíz, y necesite de un nuevo enfoque, de un nuevo estadio donde tus personajes no se han visto hasta ahora.

Para los ajenos a este mundillo, y que hayan llegado hasta aquí, me explico.

La marcha después de 3 años de Grant Morrison de la colección dejó varios problemas. Morrison había sido el único capaz de insuflarle aire fresco a una unos personajes, que venían viviendo de rentas prácticamente desde que Claremont dejó el título, aunque lograban capear el temporal a base de megaeventos como Era de Apocalipsis, que aun así, por su propia complejidad, no podían sobreexpotar. El retorno de Claremont a la serie no fue como debió de haber sido (¿"Los Neo"? ¿Qué coño era eso?), y las películas tenían mejores ideas que los comics de las que partían. Aunque el tiempo y una relectura la descubren como una etapa menos radical de lo que parecía en un principio, Morrison llevó de nuevo a los mutantes a las posiciones de cabeza, reciclando planteamientos ya viejos, pero con bastante buen resultado. El problema fue que a su marcha a DC (en exclusividad ni más ni menos), no solo dejó un final (que ya lo han hecho otros), sino que dejó un tinglado para el que le sustituyese de flipar; con 1 de cada 3 habitantes de la tierra convertidos en mutantes, Magneto toxicómano y pollos antropomórficos.

Ni "Vengadores ¡Reuníos!", ni pijamas. Aquí solo hay mala leche y pinturas de guerra

Fue Brian Michael Bendis el que "dio la vuelta a la tortilla" en su evento Dinastía de M. Tras pronunciarse en él las fatídicas "No más mutantes", nos encontramos con una raza mutante abocada a la extinción, presenciando su penoso final, languideciendo y desgastándose poco a poco. Ahora en las luchas mutante vs mutante, todos pierden y quien ayer era enemigo hoy es amigo. "Todo ha cambiado" (por primera vez es verdad en muchísimo tiempo en Marvel). Los personajes se tienen que descubrir de nuevo a si mismos ante estas circunstancias y actuar como nunca creían que iban a actuar, o a tener que actuar.

En medio de este maremágnum, y a raíz de los sucedido en Complejo de Mesías, Cíclope (un nuevo paso cada vez más cerca del irreconocible Cíclope que podemos encontrarnos hoy en día), líder de los X Men, crea (de nuevo) la X Force, una suerte de equipo de “Black Ops” destinado a hacer las misiones que los X Men "no pueden" hacer ¿se entiende el "no pueden", no? Porque hay ciertas cosas, que si las harían dejarían de ser la "Patrulla X". Aunque estas sean de las que "deben hacerse". Porque hasta cuando estas con la certeza de que "deben de hacerse", no existe la seguridad y tranquilidad absoluta.

¿Warpath escuchando Johnny Cash? Si señor, eso es un puntazo

La cuestión es que para este equipo secreto de respuesta rápida que saca de debajo de la manga, no escoge precisamente a los mas "equilibrados" de la baraja. Sí que es verdad que tampoco eran los menos ajenos a la táctica o al sigilo, pero tanto Wolfsbane como Warpath, tenían ciertos "pleitos" personales que solucionar con los primeros enemigos con los que se las verán, los Purifiers, por aquel entonces al mando de Matthew Risman. Para los novatos que todavía me sigan, una secta cristiana de carácter antimutante (porque como ya sabemos, en la biblia, como en todo libro religioso, se pueden encontrar las ambigüedades que uno quiera para justificar lo que haga falta) fundada por William Stryker (el villano que aparece como un militar en la saga de películas). Estos, no se habían dedicado a mejor cosa, que ha recuperar de unas instalaciones de SHIELD lo necesario para reconstruir a Bastión, para después ponerse a sus órdenes.

Así que en estas Warpath, que acababa de enterrar a su amigo Caliban junto a su hermano y jurar sobre su tumba vengar su muerte, se une a Lobezno y a X 23 (clon femenino de Lobezno) para empezar a dar caza a Bastión y a sus colaboradores, y evitar que el futuro del que el androide procede (uno sin mutantes) se haga realidad.


La premisa, que puede que a más de uno no le acabe de convencer, y a quien le convenza, que no crea que Marvel sea capaz de permitir llevarla adelante, no deja de expandirse, y en el mejor de los sentidos.

Lo que empieza como una misión concreta y habitual para los X Men (mas allá de la gravedad de la situación por la que pasan ahora) se convierte en una masacre, una sangrienta escaramuza que cada vez se irá complicando mas e involucrará a cada vez más gente; Ángel se verá arrastrado a participar en el grupo, mostrando la peor de sus facetas y se rescataran a personajes del olvido como la genial Domino, la asesina a sueldo que altera la fortuna a su favor. Los villanos cada vez recurrirán a medios más expeditivos y magnicidas, desde ejecuciones a atentados suicidas.

Por el camino la serie va construyendo su propias características narrativas, tanto es así, que si bien formará parte activa como he dicho en eventos como La Guerra del Mesías y Advenimiento, será en Necrosha donde ocurra el autentico clímax de la colección.

Las portadas alternativas de Crain para el vampírico evento de Necrosha. Los referentes son de calidad... variable ¿La mejor para mi? El sencillamente elocuente "All Will Die" de Drácula. Click sobre la imagen para agrandar

Desarrollando tramas paralelas (de forma justificada, no es relleno) estas devendrán en un cruce que acabó afectando a 3 colecciones (X Force, Nuevos Mutantes y X Men Legado) ambientado en la derruida Genosha postetapa Grant Morrison, una ciudad fantasma, en la que Yost, Kyle y Crain darán rienda suelta a su imaginación, donde toda la violencia y oscurantismo vistos hasta entonces, se dan de la mano en un frenético y agobiante final.

Y he dicho Crain junto con los autores, porque el dibujante Clayton Crain es en gran medida tan autor como los otros de esta X Force. Tan acreditado como cualquier otro en la creación de personajes (como es habitual), el arte de Crain es esencial para dotar a la serie de esa identidad propia de la que hablo. Complementa en imágenes perfectamente lo que se dice en palabras, a través de una atmósfera violenta y tenebrosa. Una pena los arcos argumentales que corren a cargo de Mike Choi, probablemente debido mas a un cambio por problemas con la periodicidad de la colección, que a una decisión estilística. Con todo, Choi es otro gran dibujante, no tan oscuro, pero si lo bastante pictórico como para encajar mejor que otros en la alternancia con Crain, tanto es así, que el comic acaba resultando tan suyo como de cualquier otro, sobre todo durante el arco en que La Fundación tiene a bien reaparecer en la vida de X 23 (no en vano, Yost y Kyle crearon al personaje y Choi fue el que la dibujó durante la miniserie Blanco X).


Es decir, un comic brillantemente contado (ni voy a entrar en el dominio de la composición de Crain y Choi, se da por sentado. Y Yost ya fue guionista de la digna Los Vengadores Los Héroes más Poderosos de la Tierra y ahora ha sido llamado para dotar de coherencia al Thor cinematográfico en Thor El Mundo Oscuro), que sería más tarde rematado en la cachonda miniserie de tres números, X Force Sexo + Violencia (con más violencia que sexo claro, las prioridades de estos estos yankis), con los mismos guionistas, pero esta vez contando con los lapices de Gabriele Dell'Otto (eso si que no lo supera ni Crain ni nadie).

Para los que siguen recelosos, puede probar suerte con el primer arco argumental de la serie; Ángeles y Demonios, un buen exponente de lo que será la colección y que tiene alguno de los mejores momentos de la misma. Lo siento por los que puede que no les acabe gustando. Pero puede que haya gente que no se arrepienta de haberlos empezado.

domingo, 8 de junio de 2014

X MEN - Días del Futuro Pasado - (2014) de Bryan Singer


Vuelven los mutantes. Vuelve Bryan Singer a la saga. Precisamente para eso; para reconvertir la "franquicia", en lo que nunca debió de dejar de haber sido; en una "saga". Vuelven nuestros mutantes. Que es lo que son. Mas a quien le pese. Porque de igual manera que hay gente, cuyos mutantes son los de Chris Claremont, los de Roy Thomas, los de Grant Morrison, los de Scott Lobdell/Fran Nicieza (de todo tiene que haber en la villa del señor), los de Joss Whedon, los de Ed Brubaker/Matt Fraction (¡Second Coming es lo mas! Aunque siento que me estoy quedando muy expuesto al decirlo. Menos mal que esto no lo lee nadie), y los acabará habiendo de los de Kieron Gillen, lo mismo hay los mutantes de Brian Synger. Y son los nuestros.

Resucitando el histórico arco argumental de los números 141 y 142 de The Uncanny X-Men de la etapa Claremont (que nunca hay que perder del todo de vista), nuestros mutantes se verán abocados al borde de la extinción, en un desolador futuro. Acabaran enviando a Lobezno a través de un escuetamente explicado viaje temporal, para avisar a sus versiones mas jóvenes de la catástrofe por venir, y evitarla.


Como he dicho Singer no se anda por las ramas. El oficio de sus guionistas (ese detalle profesional con el que a veces sorprenden desde Hollywood) monta todo un teatrillo a escala reducida en la "set piece" inicial, de lo que será la premisa que permita el viaje temporal. Una suerte de ejemplo visual a pequeña escala. Junto con dos lineas de dialogo, sera toda justificación que nos separe de dar comienzo al relato. No se me malinterprete, ningún problema con esta manera de abordar la peliaguda (por "sobada") premisa del viaje en el tiempo. Habría sido de agradecer una explicación plausible o medianamente elaborada (dentro de los margenes de la ciencia ficción claro), como la que figura en el comic en el que se basa. Con todo, entiendo que sea una película para cerrar vías y no para abrirlas, y subrayar y extender la posibilidad del viaje temporal era meterse en camisas de once varas. Así que mejor es una escueta pero pobre explicación (¡con el juego que podría dar!), que una mala explicación, larga o corta. Tal y como esta el patio últimamente (y sobre todo, las películas de X MEN), es para tomar en consideración.

Tras esto, comienza la película.

Después de unas chanzas a costa del viaje en el tiempo, Lobezno entrará en contacto con las versiones rejuvenecidas de los personajes, vistas en X MEN Primera Generación. Y aquí es donde empezará la madre del cordero. Si bien en Primera Generación, la película perdía enteros cuando Magneto no aparecía en la misma (se mantenía cuando compartía pantalla con Xavier, pero el resto no podía ser mas intrascendente), en esta la figura de Xavier gana lo suficiente para mantenerse a la altura del personaje y la actuación de Michael Fassbender. Esto no ocurría a mi parecer en la anterior por pocas capacidades interpretativas de James McAvoy, sino por el menos "empaque" de personaje en general, que era ridículo y contradictorio en el caso de otros personajes, como con relación de Mística con Bestia, o la que este tenia con Kaos (Alex Summers).


Y esto se soluciona en esta. Ya sea por la ignorancia o la desaparición de algunos de esos conflictos, o la transformación de algunos (la de Xavier se hace algo larga y estúpida al principio), todas las relaciones entre los personajes están claras y definidas, pero saben evolucionar y mantener el interés. Seamos sinceros, resulta curioso encontrar un producto de esta índole que centra su base en sus personajes, sus relaciones y su evolución. Hay quien diría que es lo mas importante en una película (al menos en una narrativa, en el sentido mas clásico de la palabra), pero no es tan fácil de encontrar hoy en día (no vamos a ponernos a enumerar ejemplos).

¿Por que del énfasis (supongo que euforia a parte por lo grato del visionado. Revisitaré la critica mas adelante con los ánimos mas fríos.) en estas relaciones que se establecen entre los personajes? Porque son adultas (todo lo que se puede permitir una película como esta). Incluso los guionistas se ven capacitados para añadir matices a una misma visión del mundo (la de Magneto y Mística), capaces de separarlos, mientras recorren un mismo camino, al margen ambos a su vez de Xavier (y de Lobezno, que esta ahí para salvarlos a todos).


Y ahí esta otro de los logros de la película. En contra de lo que puedan decir los mas críticos con las versiones cinematográficas de los X MEN, y de la importancia y omnipresencia desmedida de Lobezno en ellas, incluida en esta, Singer y su equipo se muestran lo bastante inteligentes como para jugar al engaño. Pues Lobezno no puede salvar a personajes de la película (no debe), sino que les ayuda a salvarse a ellos mismos. Chistes "demiúrgicos" aparte, es precisamente en esta película, donde se puede apreciar una de las facetas mas vulnerables de Lobezno (sin caer en las vulgaridades de Lobezno Origines ni Lobezno Inmortal, claro), cuando tiene que enfrentarse ante esa versión desesperarada y defectuosa, pequeña, de Charles Xavier. Como un hijo adulto enfrentadose a la figura adolescente y herida de su padre. Pues eso es lo que es Xavier para Logan, como queda claro en la conversación que mantienen en el Jet. Puede que eso no sea así en los comics (habría que verlo de todas maneras), pero es indudable que en las películas, Xavier desempeña ese papel de figura paternal.

Menos desarrollados los antagonistas, probablemente por su... "difusión" (seria mas correcto hablar de "fuerza antagónicas"). Stryker funciona mejor en cuanto se apoya en las películas en las que si que ha tenido un papel mas importante. Los centinelas siguen la estela del resto del proyecto, con su correcta adaptación/actualización de lo visto en los comics. Bolivar Trask puede quedar mas "huérfano" de motivaciones, no obstante, la labor de ese "monstruo" de la interpretación que es Peter Dinklage llena los huecos que podría tener el personaje, apoyándose en esa leve justificación de sus acciones que le otorgan los guionistas en la escena del laboratorio.


Como era de esperar, Singer cuenta con sus habituales Newton Thomas Sigel a la fotografía, y John Ottman a la música y al montaje. Viejos conocidos de la franquicia, "se fueron con el" y retornan ahora. Su labor podrá no ser sobresaliente (los años 70 y el desolador futuro no es que sean muy rompedores), pero por supuesto que cumplen, ayudando la llegada de ambos a añadir coherencia interna a la saga. Y ojo al cameo de Sigel cuando Mística escapa de la ceremonia de los Acuerdos de Paz de París en 1973.

Pero tras las cámaras, las alabanzas tienen que ir para Bryan Singer.

Algunos se echaron las manos a la cabeza cuando se anunció que el responsable de X MEN Primera Generación, Matthew Vaughn no continuaría en la secuela de esta y que seria sustituido por Bryan Singer. El tiempo suele poner las cosas en su sitio, y ante un escenario mas ambicioso complicado, Singer nos hace soñar con los años dorados de las primeras X MEN. Sin estar a la altura de las dos primeras, Singer dota a la película de cohesión (teniendo dos tramas absolutamente paralelas), y lógica interna (de nuevo, algo a lo que podemos estar desacostumbrados). La construcción de los personajes y la película va en progresión y con sentido. Y verdaderamente saber dirigir la acción con pulso y ritmo, sin necesidad de recurrir a las aberraciones típicas de la era "postbourne".


Correctísima película llamada a solucionar todas las incoherencias (y chorradas) que habían provocado 5 directores y 18 guionistas (sic) distintos (en vistas a estrenar una nueva entrega en 2015, aquí nadie da nada gratis), haciéndolo en su mayor parte y creando un film vibrante y emotivo. El primer "happy end" (¡Claro que le iba a haber! ¡No es un spoiler!) que me conmueve en mucho tiempo, que yo recuerde.

No gustará a todos claro. No esta a la altura de las mejores. Pero si a la altura que merece. De donde no se debieron mover. Donde la buenas películas.

Vuelven los X MEN.

¡Larga vida a Lobezno!

P.D: Eso último es un chiste, porque... bueno da igual. Leed El Viejo Logan si eso.

sábado, 7 de junio de 2014

The Sacrament (2013) de Ti West


Una de las cosas mas interesantes que nos pudo dejar la pasada edición del Festival de Cine Fantástico Nocturna, fue sin duda la ultima película de Ti West, The Sacrament.

La expectación (la propia al menos) como aficionado no podía ser mayor, pues oculta entre el secretismo que puede envolver una película como esta (de manera no deliberada incluso), había ido logrando cierta "prominencia" por los demás festivales donde había pasado. Siguiendo con una política que muchos denominan como "recuperación de Sitges", Nocturna nos ofrecía la película como uno de los "platos fuertes" de su selección. Y como un servidor no tiene ninguna recriminación que hacer al festival y su falta de búsqueda de "personalidad propia" por el momento (que se ve que también hay exquisitos entre este mundillo), enseguida la señalé como una de las "imperdibles" del certamen.

La película resultó una adaptación no confesa de la Masacre de Jonestown. Recién pasado el 35 aniversario de unos de los sucesos mas oscuros y perturbadores del fanatismo religioso, el film reinterpreta a la actualidad las fatídicas jornadas que envolvieron uno de los suicidios en masa mas numerosos que se recuerdan. Moviéndose entre los márgenes propios de un relato de terror, West construye un film agobiante y angustioso, alejado del sensacionalismo en que tan fácil habría sido caer.


Si bien desconozco sus anteriores trabajos en el mundo del largometraje, La Casa del Diablo y Los Huéspedes, se aprecia de todas maneras, ciento rupturismo con su obra precedente (sobre todo si se hace caso a lo dicho sobre sus anteriores películas). Aunque sigue adscrita a su género predilecto, la violencia de las imágenes de West, es poderosísima (por terribles), sin necesidad de gore o efectismo alguno. No me malinterpreten, nada en contra del gore o del efectismo a priori. Pero West, elabora una forma que no necesitan de esos recursos, que habrían sido entendibles, por cómodos y universales, en un director tan joven. Pero no, se arriesga por rendirse lo menos posible a los modos mas al uso. Y se agradece.

También hay que decir, que la película están enmarcada en ese subgénero tan definido a día de hoy que es el "Found Footage" o "Metraje Encontrado". Como parte de esa relectura en clave actual, la cinta se presenta como un documental del sitio web VICE, magazine de noticias, actualidad, música, cine, etc. Famosos por lo orgullosamente no profesionales y poco ortodoxos de sus "aportaciones periodísticas", VICE servirán de excusa para que un reducido equipo de dos personas (cámara y presentador), acompañen a un joven (y reputado) fotógrafo al encuentro de su hermana, una bala perdida vocacional que le escribe desde un poblado religiosos ubicado en medio de una indeterminada selva para que vaya a visitarla. Tras unos animados e inocentes créditos iniciales (que no obstante, juegan ya con el titulo a introducir elementos malsanos), la comitiva llega a la remota comuna, llamado eufemísticamente con respecto al original; Eden Parish.


La película, siempre enmarcada en su premisa de falso documental (sin cometer ningún error de ejecución al respecto), continuará con el desarrollo habitual de subgénero; una presentación anodina (casi aburrida), que va introduciendo poco a poco elementos de tensión (primero que la cámara capta casi sin querer. Luego que no puede evitar captarlos), que desembocan en un desenlace adrenalínico, una suerte de orgía de muerte y horror en este caso (cinematográficamente montada ¡Menudos documentalistas estos de VICE!).

Con todo, la película si se resiente de ciertas cosas. Como suele pasar, las mas evidentes, son las que pasan en primera instancia ante la cámara, es decir, los actores. Amy Seimetz esta mas que convincente en su papel de la fanática hermana que detona la trama, con el personaje mas complicado de entre los de la película, por su múltiples fases y estadios, perfectamente entendidos y acometidos por la interprete. ¡Cuanto ha crecido esta actriz en tan poco tiempo! Este mismo año también estrenaba la decepcionante Upstream Color, donde era de lo mejor de la película.


No se puede hablar así de sus compañeros de reparto masculinos. Habituales del circulo generacional de amigos del director, tanto AJ Bowen como Joe Swanberg o Kentucker Audley, se muestran mas esforzados que capaces. O las lineas suenan falsas, o no han sabido hacerlas suyas, pero la espontaneidad es indispensable en el formato en con el que se esta abordando la historia, y según la escena, se manifiestan eficaces a medias.

Nada de esto vale, por supuesto, para Gene Jones, el encargado de dar vida a ese trasunto del líder religioso Jim Jones, sobre el que bascula realmente la película. Sobreactuado como poco, es del todo justificable, debido a lo excesivo del personaje que interpreta, el cual, no tarda en hacer suyo y convertir en un ser patético y terrible. Carismático y asqueroso.


Producida por Eli Roth, llamado a convertirse sino en un maestro, en toda una figura de los tabúes mas cinematográficos, como ya dije en su momento, la película salva en todo momento lo "modesto" de su presupuesto. Bastante para un producción de su tipo, insuficiente para un reconstrucción exacta de la tragedia original (por cuestión de las espeluznantes cifras), esto es poco mas que un detalle a pie de pagina.

Así que nos queda una modesta por presupuesto, pero grandiosa por contenido, muestra de cine de terror, enfermo y opresivo. Mas que hábilmente rodado, su director se descubre digno de ser apuntado y tomado en consideración para futuros estrenos ¡Y para los pasados!


Tristemente emparentada con la algo reciente Red State de Kevin Smith, otro producto "rupturista" para su autor (mayor y mas notorio a simple vista en el caso de Smith), que ejercen como punto de aviso sobre el fanatismo mas ignorante y extremista, tan propio (que no exclusivo), de la América actual. Solo hay que pensar en el evangelista George W. Bush (decíase poseedor de una "misión divina"), o en la llamada "Obra de la Virgen de El Escorial". Mientras en el caso de Smith, este apostaba por un estilo mas panfletario en su aproximación a la Matanza de Waco (otro triste hecho real), y West uno cercano al terror, ambas componen una escalofriante ficción sobre esa afirmación de que "cualquier religión es política". Pero ese tema se nos queda largo. Otro día tal vez.

¿Lo mas aterrador de todo? Que ambas se quedan cortas con respecto las tragedias en que se basan.

Como ya dije antes, una de las "imperdibles" del Festival. El instinto no falla.

jueves, 5 de junio de 2014

Camellos en directo

No se bien que puede ser este post, ya que el concierto al que asistí (de los dos que dieron en España) fue el 17 de marzo. Así que esto no se puede considerar una crónica al uso. Puede que hable mas elocuentemente como intento de que este blog no vaya casi exclusivamente de cine (cada uno tiene sus vicios favoritos), pero haré lo posible para que el post sea mas que eso.

Así que... ¿que clase de crítica se puede escribir sobre un directo que ocurrió hace dos meses? Bueno, pues supongo que sobre ese concierto, solo una buena. Muy buena. Por supuesto se podría alegar que esta condicionada: ¿acaso he visto con anterioridad un concierto de Camel? ¿la ansiedad propia de un fan ante la primera visita (y puede que la última) en años no "enturbiará" mi juicio? ¿La primera reseña musical que escribo (al menos que escribo en mucho tiempo) abordará lo que debe de abordarse y como debe?


Si no son dudas, o reparos, que tiene se tienen como lector, al menos son las que tengo yo como escritor. ¿Por donde empezar? ¿Y como debería empezar? ¿Que debería de contar? ¿Que debo valorar?  "Separar el grano de la paja" como suele decirse. Algo en fondo presente, en mayor o menor medida, cuando se elabora un juicio sobre algo, mas si se comparte. O al menos así debería hacerse.

Pero como dejar que esto nos paralice, puede ser tan malo como lo que se intenta evitar, uno solo puede actuar de manera sincera para consigo y para con el texto, y para estimar la validez de sus propias ideas, enfrentarse a ellas; "Al modo que los cirujanos tienen siempre a mano los aparatos y los hierros de su profesión para los servicios urgentes, así deberás tú tener prontos los principios para poder entender las cosas divinas y humanas".

Así que como es evidente; este es mi post, escrito por mi, en mi blog. He rendido cuentas con mis principios y esto es lo que opino. Dios no asista.


Porque así se sentía sentado en el silencio en el que quedó el Teatro Nuevo Apolo antes de la salida de la banda al escenario. Puede que sea ese aura de "respeto" lo que ha motivado el burdo examen de conciencia anterior. Pero es que Camel, no son cualquier cosa. Así lo demostró la ovación que siguió a la salida de los músicos, con gente poniéndose en pie. La excusa para esta gira, y para el reenganche de Andrew Latimer a la banda (recién acaba de superar un cáncer), es la reedición de su clásico de 1975; The Snow Goose. Para los no iniciados, se trata de su tercer disco (el primero tras el Mirage, para mi, su mejor), y el primero conceptual, inspirado en la novela de Paul Gallico. Pero The Snow Goose, es mucho mas. Es un uno de los discos mas importantes del Rock Progresivo, y de mayor éxito de la banda. Y esto ni siquiera era "el plato fuerte". Como digo, una mera excusa para asistir.

Ni bien salieron, se pusieron a interpretar The Snow Goose al completo. La sensación es inimaginable. Solo músicos como Latimer & Cia son capaces de tocar 60 minutos de seguido un único disco y dejarte clavados en el asiento. Sobra valorar cosas como la ejecución de las piezas o similares. Simplemente salieron y tocaron The Snow Goose. Acompañados solamente por un sencillo diseño de luces y focos (sencillo, que no pobre), y a pesar de la melancolía que emana una obra como esa, Latimer y los suyos se iban animando cada vez mas. Tanto, que casi pareció un error la pausa de 30 minutos que se llevó a cabo tras acabar de tocar el disco.

Esta foto es tan mala, que es probable que sea arte. No voy a decir la marca del móvil.

Pero lo mejor estaba por venir. Camel quiso devolver lo recibido por el publico, y echaron el resto. Entre gritos de "We love you" Latimer cogía el micrófono y presentaba alguna canción. Se intercambiaban los instrumentos y se sucedían los temas; nuevos y viejos. El individuo que tenia sentado delante, al borde del colapso nervioso, se disculpaba de su novia y se levantaba de su butaca para poder ir atrás de los asientos, donde poder botar a gusto. Porque hasta en el amor hay prioridades.

Tras Fox Hill (el peor tema para mi de la velada, una lastima) y la gran pero lastimera For Today, la banda se despedía del publico, que los vitoreaba de nuevo en pie.

Por supuesto que los "bis" están preparados y no son tan espontáneos como parecen ser. Pero cuando volvieron a salir, a base de aplausos y "oé", o Latimer ha mejorado como actor (nadie duda de su capacidad teatral), o realmente estaba emocionado.


Y tocaron Lady Fantasy.

domingo, 1 de junio de 2014

Savaged (2013) de Michael S. Ojeda


No pensaba poner esto aquí en un principio. No por nada en particular, sino porque tampoco es vivir de manera "parasitaria" de lo que escribo para otros blogs y me gustaría ser capaz de "sustentar" New Big Whiskey con su propio material (y estilo).

Asimismo, cubrir el Festival Nocturna ha sido un trabajo muy colectivo, en el que muchos nos hemos volcado, y es muy difícil (e injusto) señalar y "apropiarse" de algo realizado entre varios. Y así es como lo compartí en su día en "las redes sociales".

Pero también es mi blog, y en cierto modo lo hice para "aglutinar" parte de las cosas que escribo por ahí. Al menos las mas notorias. Así que, de igual modo que ya hice antes, aquí os dejo mi ultima critica escrita para Marty McFly no era un gallina. Ademas, se trata de Savaged, la primera película como director de uno de los responsables de El Guerrero Más Letal ¡Y eso lo quiero en mi blog!

Que la disfrutéis. Que la película bien disfrutable es.